martes, 14 de julio de 2009

Nunca llueve a gusto de todos...


El sabio refranero popular español tiene la frase perfecta para el momento correcto. En este caso os diré que una buena lluvia le venía que ni pintada a la sedienta viña (aunque se controle selectivamente con el sistema de riego por goteo) y así fué que el cielo se rompió hasta que la cosa empezó a irse de las manos: granizada al canto.

El balance no ha sido negativo, pero tampoco ha sido todo lo positivo que desearíamos. El grano (que ya comienza la madurez) no ha sufrido daños relevantes aunque no se puede decir lo mismo de las hojas más expuestas de la cepa. Desde entonces (ya pasan cuatro días) los controles diarios de la viña y su posterior tratamiento (desinfectante y cicatrizante) han de ser rápidos y eficaces si queremos que en unos días todo siga como si nada hubiera pasado y que el refranero español siga siendo, como el vino, algo tan castizo y certero.

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